jueves, 25 de febrero de 2010

CITA CITABLE

A: - ¿Has tenido relaciones sexuales con inmigrantes?
B: - No, obvio el frances, el austriaco, el gringo, el israeli, el australiano no eran inmigrantes. ¿Inmigrantes? ¿Que esos no son panameños, salvadoreños, cosas asi? Lo otro era turismo, primera clase...

ESCUCHADO POR AHI, PALABRAS MAS PALABRAS MENOS...

miércoles, 24 de febrero de 2010

TWISTER OF NORTH

Una noche en Ciudad Esmeralda, por allá del año 2003 cuando cumplía 22 años, llegaste con tanta arrogancia a darme tu número telefónico. Dos días después marque por el puro morbo, no recordaba a ciencia cierta tus facciones, recordaba que usabas lentes (Estereotipo de todos con los que he salido) y usabas camisa blanca aquel día y nada más. Aun me pregunto por qué no quede impresionado con tus ojos verdes o la sonrisa por la que mataría por volver a ver.
Platicamos por largas horas de muchas tonterías y otras cosas más, robabas tanto mi atención que el conocer a León Cobarde casi pasa desapercibido en mi vida. Llego el día en que por fin coincidimos, aquellos lugares en la Condesa jamás volvieron a ser los mismos… Tus ojos, sonrisa, complexión, el cabello, tu acento (muy a la Paulina Rubio) Aun hoy con lo poco que te recuerdo me sigues pareciendo tan perfecto. Después de nuestro primer beso me dijiste: “¿Para qué esperar? Me gustas, te gusto, somos afines en muchas cosas bla bla bla y eso exactamente era lo único que escuchaba y acepte, “Pues me la juego!!!”
Eras un trofeo para mi (Sin caer en el cliché del “Novio Trofeo”) eras el ejemplo vivo de lo que anhelaba: el niño de familia bien, educado, con estilo, sin complicaciones y además con esos bellísimos ojos verdes!!!! No podía dejar de verte, mis manos sudaban de tan solo pensar que te vería. Tal vez no comprendías la seguridad que yo sentía, esperabas que tomara el control de lo que hacías; pero para mí era un placer verte coquetear, verte bailar y observar las miradas envidiosas, al final yo sabía que tu y yo saldríamos tomados de la mano.
Un día te llame para que nos viéramos, dijiste que no podías… No paso nada. Llame al otro día y me dijiste de nuevo que no, esta vez sí pregunte la razón, dijiste que tenias un brote enorme en la frente, a lo cual yo me tire a reír. ¿Por qué me decías eso a mí? Era el pretexto más estúpido que había escuchado en mi vida. Después de una discusión decidí salir con Espantapájaros y algún antiguo contacto de internet solo por desquite. El salir por salir no es buena idea (ahora lo he aprendido) Esa noche después de haberme “desquitado” bebiendo unas cervezas te llame, preguntaste que que había hecho en el día y yo tan dado a responder exactamente lo que me preguntan, respondí: Salí con Fulano y con Espantapájaros bla bla bla… Siempre me preguntare que sería de nosotros si solo me hubiera omitido un detalle, solo uno. Si tan solo le hubiera respondido que salí con Espantapájaros nada más, ¿Por qué no lo hice? Me colgaste y en dos días en que yo también me indigne no nos llamamos. El daño ya estaba hecho. Fuiste hasta mi casa a dejarme una carta donde decías que no podrías volver a confiar en mí (Dios!!! Solo por eso????) Al otro día fuimos a desayunar, a tratar de arreglar las cosas, creí que lo habíamos logrado, que sortearíamos ese bache estuve un par de horas más bajo esa ilusión, planeamos salir en la noche y pasarla bien. Al dejarme en la puerta de mi casa sonreíste y me dijiste que en la noche nos veríamos. Al cerrar de la puerta de tu auto algo muy en el fondo de mi me dijo que no te volvería ver, en ese momento se me comenzó a partir el corazón. Pensé que solo era un mal viaje mío, pasaron las horas, no llamabas, no respondías, nada… Pase el fin de semana dibujando (si, cuando aun tenia sentimientos que exteriorizar para hacerlo!!!) Hice para ti un juego de postales que decían que “Nunca es para siempre” Una de las dos canciones que marcaron tu efímero paso en mi vida “¿Quién me iba a decir que cuando fui feliz que tendría un fin que así son las cosas…” Y así, se me fue partiendo el corazón cada vez, jamás volviste a responder mis llamadas, mis correos, sms’s, ir a visitarte me parecía lo mas enfermo que podía hacer, jamás tuve el valor suficiente para hacerlo. Paso un año en donde mi vida se detuvo, jamás me había sentido tan infeliz, tan frustrado. Todos los días me preguntaba “¿por que tuve que responder eso? 365 días de tortura. El día de mi cumpleaños No. 23 llamaste. Magnífico regalo, pensé… (Ingenuo). Quedamos de vernos un par de días después a tu regreso de Acapulco. Los que habían vivido ese año me cuestionaron si de verdad era lo que yo deseaba, que no era tan buena idea. Yo me preguntaba si todo ese dolor que sentí en un año entero había valido la pena, por eso quería verte, al estar frente a ti todas las respuestas se hubieran presentado fácilmente. Pero ese día no llego.
Pasaron los años y te empeñabas en hacerme derramar lagrimas mínimo una vez al mes (Bueno, tu no, mi subconsciente) Me visitabas en mis sueños y siempre decías lo mismo. “Esta vez he vuelto y ahora si estaremos juntos siempre.” Me metiste en tantos problemas, para León Cobarde, Teletubbie, Alecyn fuiste el más grande fantasma con el cual no pudieron lidiar. Hasta aquella noche del 2008 (Pff cuantos años!!! O_o) en que no dormía en mi cama y me visitaste por última vez. Yo dije: “Ha pasado mucho tiempo ya es hora de dejarte partir…”
Dedicado a todos aquellos que creyeron que no tengo sentimientos…

lunes, 22 de febrero de 2010

INTRODUCING SCARECROW !!!!

La primera impresión fue fatal. Para mí, el era uno más del montón; de aquellos que quieren sobresalir a costa de pisotear a los demás (Sin referirme a la burla y asi). Su primera impresión sobre mi (La cual tiempo después me entere) “Típico tipo solitario con aires de grandeza”. Ahora que pienso en esto el Espantapájaros siempre creyó que pasaría mi vida solo o quizá eso era lo que él deseaba… A pesar de no caernos bien en primer lugar surgió un vínculo que nos unió por cerca de ocho años. Que como definiría nuestra amistad? Era un tipo James Dean; rebelde, sin causa, vivió rápido, murió joven. A veces creo que nuestras primeras impresiones marcaron el rumbo de las cosas. Muchas veces le permití pasar sobre mí para que el sobresaliera. Otras, yo me aprovechaba de su circunstancia para sobresalir yo.
Cuando nos relacionábamos con terceras personas (léase novios, parejas) nos invadían sensaciones de envidia-odio que resultaban inquietantes, no solo para los novios parejas, si no para el entorno completo. Como olvidar a Cuervo-maestro o Cuervo-melón o a “Twister of north”, el gran tornado que abatió mi vida por muchos años. Con el cual jure y perjure que habían huido a las Bahamas o algo así jugando la peor traición de todas (pero esa es otra historia) Los odie, los envidio, nos robaban algo que era nuestro. Tan enfermo que terminábamos alejándonos por el bien de la relación (la otra) jamás por la nuestra.
Llego el día en que creímos que habíamos madurado lo suficiente para poder tener una convivencia sana entre nuestra amistad y nuestras demás relaciones, pero surgió un sentimiento peor… La competencia. Ese sentimiento marco los últimos años en los que nos relacionamos el Espantapájaros y yo. Que quien tiene el amigo más sincero, quien gasto mas en el antro el fin de semana, quien tiene el mejor partido, quien se lleva al más guapo del lugar y un sinfín de situaciones que comenzaron no solo a mermar nuestra amistad si no también con el Hombre de Hojalata y con León Cobarde. Así estuve en mi actitud más pasiva permitiendo que exteriorizara opiniones que si bien se pueden llegar a pensar de tus mejores amigos pero jamás se lo dirías a tu mejor amigo en cuestión o a terceras personas. El alcohólico sin remedio, el tipo que vive frustrado por provenir de una familia disfuncional, el trepador social (jajaja yo trepador social jajajaja) que solo se aprovechaba de la situación de mi mejor amigo (que risa). Comentarios hirientes que nos hacíamos mutuamente (eso también hay que reconocer aunque los míos fueran en menor escala, existían) Hasta que llego la gota que derramo el vaso aquella noche en que bromee frente al actual amor de su vida y el decidió alejarse. En ese momento pensé que sería como siempre, momentáneo, que después regresaría y volveríamos a ser los “mejores amigos” que siempre habíamos sido. Ligera ilusión que yo quería mantener, si, guardo grandes sentimientos hacia Espantapájaros, pero me llena y me lleno de tristeza saber lo que el creía de mi. Ahora de esa amistad solo queda el recuerdo…