Este fin de semana emprendí un viaje, un gran viaje.
Me di cuenta de muchas cosas, algunas buenas algunas no tanto… Vi que somos un grupo poca madre, que aunque a lo mejor nos falto el toque “canibalesco” (en cuanto a comentarios) de Espanta pájaros, Hombre de Hojalata y León Cobarde sabemos portarnos a la altura. (León Cobarde no tanto pero eso es otro cuento…)
Todo comenzó como al medio día cuando Hombre de Hojalata dio un paso más para dejar atrás lo que tanto trabajo le costó construir. Porque si, para mi modo de ver el construyo todo un corazonsote que alguna vez pensé que no tenia. Bueno sé que si lo tiene y por lo menos a mi me lo ha demostrado millones de veces. Pero ese otro corazón que a veces estamos poco dispuestos a demostrar, pues él, a lo largo de ocho meses lo construyo, lo demostró y hasta se canso de mostrarnos de que él podía y que seguiría en pie de lucha, porque creía en eso. Después de varios tropiezos y metidas de pata un imbécil, (porque no encuentro palabras para describir a alguien que no sabe apreciar lo bueno que se presenta en pocas oportunidades en la vida) vi lo que yo alguna vez creí imposible, que mi amigo tuviera la facultad de construir una relación, que si bien sus cimientos no fueron perfectos, los fraguo de tal manera para que aquello se construyera y bien, pero como alguna vez me dijeron un tango se baila entre dos y como que yo no veía que el otro supiera bailar, solo veía como se bailaban a mi amigo jajajaja.
El chiste es que Hombre de Hojalata se me desmorono en un momento, y en estos casos las palabras sobran, solo hay un hueco, que es complicado de llenar… Hojalata, sabes que (no pronto) pero encontraras a quien aceite ese mecanismo como debe de ser!!!!
También descubrí como desde lejos habitas en los pensamientos de las personas, de cómo algo que a veces tú no quieres exteriorizar tus gestos o tu cuerpo se encarga de sacarlo por mas que no quieras, existieron palabras que llenaron mi corazón de mucha alegría, palabras pequeñas pero que para mi significaron muchísimo.
También me percate de lo desconectado que puedo ponerme a veces de mis amigos, de que aquellas cosas que compartíamos ya no están ahí, sin que ello signifique la pérdida de valor de nuestra amistad, creo que ahora es más fuerte, pero en otro sentido. Me es complicado enfrentar que ya no soy el que era antes, pero veo que a ellos les cuesta aun mas trabajo, reconocerme, reitero, sin decir que con esto seamos menos amigos, pero al final las cosas que se compartían van cambiando para bien o para mal.
Fue un gran viaje. Gracias a mí por darme la oportunidad de vivirlo, y gracias a ustedes por compartirlo conmigo.
